domingo, 29 de marzo de 2009

Leyendas de moros y cristianos



La época de la invasión de los moros, comprendida desde el 711 a los Reyes Católicos en 1492, y por ende las leyendas sobre ellos, se puede decir que marcan el horizonte de lo histórico, lo antiguo en el pueblo.
Una de esas leyendas nos cuenta como en una batalla, los moros vencieron al pueblo de Trabazos, robándole las campanas de la iglesia que llevaron al castillo de “Peñavillosa”. Cuando fueron expulsados de la zona, los vecinos de Trabazos y los de Odollo se apresuraron a ir a por ellas (Peñavillosa está en el monte, entre los dos pueblos). Los primeros en llegar (se supone que Trabazos) se llevaron la campana grande, quedando la pequeña para los otros.

Recuerdo otra sobre el origen del nombre de Cabrera:
Cuenta como en el castillo de "Peñarramiro", en Truchas (se puede ver desde la carretera), donde tenían un fuerte los moros, las gentes de la zona les prepararon una trampa. Un día, por la noche, cogieron un rebaño de cabras, atándoles antorchas encendidas en los cuernos. Las dispersaron incendiando todo el monte alrededor del castillo, lo que provocó gran alboroto y que los moros huyeran a toda prisa. Cuando estas gentes (los cristianos) se acercaron al castillo, un moro malherido que iba rezagado, no paraba de repetir: cabra era, cabra era…

Emiliano

2 comentarios:

Jerónimo dijo...

Impactante la fotografía. Parece como si hubiera sido hecha desde "Cubiellas", pero no localizo la pista que se visualiza.
Son curiosas las leyendas y más curioso aún que todas ellas giren en torno a los moros, ausentes de esta zona en su conquista peninsular. Los que sí estuvieron fueron los romanos, con la explotación de las vecinas Médulas y el cuidado de los Canales. Es este un hecho detectado por Ramón Carnicer en su viaje de los sesenta y reflejado en su libro "Donde las Hurdes se llaman Cabrera".
Jerónimo

Este es un bello pueblo cabreirés: Trabazos dijo...

No estás mal orientado, solo que fue hecha desde el otro lado del valle de "Barbayas". Tienes razón en cuanto al libro de Ramón Carnicer, decir a quien no lo conodca que merece la pena.

Emiliano